¿ CUÁL ES NUESTRA MATRIZ ELÉCTRICA HOY ?
Actualmente la matriz eléctrica chilena esta dominada por combustibles fósiles, no renovables y sucios, tales como
el petróleo, el carbón mineral y el gas natural, a lo que se suman grandes represas de generación hidroeléctrica.
Los principales sistemas eléctricos en Chile son el Sistema Interconectado Norte Grande (SING) que cubre las
regiones de Arica, Iquique y Antofagasta, con el 23,7 % de la capacidad instalada del país, y cuya generación
esta dominada en un 100% por centrales termoeléctricas.
Por su parte, el Sistema Interconectado Central (SIC), que cubre desde Taltal (al sur de Antofagasta) hasta Chiloé,
representa el 75,2% de la capacidad instalada del país, y su composición es 50% generación térmica, 47%
hidroeléctrica y solo 3% de energías renovables no convencionales. También existen 2 sistemas interconectados
más pequeños en Aysén y Magallanes, los cuales dependen en un 47% y 100%, respectivamente, de combustibles
fósiles.
La política eléctrica vigente en Chile, centrada en la oferta (“mientras mas vendo mas gano”), ha ignorado los
límites sociales y ambientales. La generación en base a combustibles fósiles ha incrementado fuertemente la
contaminación local de material particulado, dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno, además de metales pesados
como Vanadio, Mercurio y Níquel, en el caso del carbón. Producto de ello, la generación eléctrica ha generado graves
impactos al ambiente, la economía local y la salud de la población, debiéndose declarar como Zonas Saturadas
de contaminantes a ciudades como Tocopilla, Huasco y Puchuncaví, y establecer Planes de Descontaminación
Atmosférica en cada una de ellas.
Las comunidades locales que sufren los impactos de estos proyectos han rechazado enérgicamente la construcción
de nuevas termoeléctricas en sus territorios. Es el caso de Castilla en Atacama; Los Robles en Maule; Campiche
en Valparaíso; Barrancones en Coquimbo; Patache en Iquique y Pacífico en Arica.
La carbonización de la matriz eléctrica, producto del menor costo de este combustible en el mercado de
comodities energéticos, también ha significado un aumento sostenido en las emisiones de CO2 y otros gases de
efecto invernadero (GEI) en el país, incrementando la huella de carbono del desarrollo nacional. De continuar
esta tendencia, los estudios oficiales estiman que la generación eléctrica y el transporte generarán un incremento
de 360% en las emisiones del sector energía al año 2030
Fuente: Chile Sustentable
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